Faltan unas horas para que cambiemos de año. Como cada año por estas fechas. Un cambio más psicológico que natural. Lo suyo sería que el final del año coincidiera con el solsticio de invierno, lo que durante milenios se llamó Sol Naciente. Pero bueno, se recolocó hace tan sólo un milenio por algo que pasó un milenio antes.
A lo largo de este día suelo repasar, trato de hacerlo, mi vida personal, en qué me he equivocado, sus consecuencias, cómo mitigarlas (si las hubiera o hubiese) y en aprender a no volverlas a cometer, y no nos olvidemos de lo bueno, claro, en sus consecuencias y en aprender a seguir acertando. No creo que haya una vida personal, otra personal, otra deportiva y otra no-se-qué. Aunque en lo profesional los cambios van a llegar pronto, más tarde de lo que esperaba eso sí, puede que antes de Reyes, pero esa es una historia que esperemos que pronto sea historia, valga la redundancia.
Pues eso, lo que se suele decir: Feliz Año a la humanidad entera-{unos cuantos}