viernes, 14 de diciembre de 2007

Bienvenida Lucía

He hablado con tu padre hace unos minutos y me ha dado la noticia, la feliz noticia. Ya has llegado a este mundo. Iré a verte dentro de un rato. No sé si podré verte hoy porque entiendo que estarás muy solicitada y no es plan que en este primer día te demos todos la lata. Al teléfono tu padre comentaba la jugada, tu jugada, mezclando frases y sentimientos. Nervios y emoción por tí, por los próximos años, por tus próximos años.
Vienes a un mundo mejor que en el que yo nací. Sin duda, y a pesar de todas las miserias que nos corroen, éste es un mundo mejor. Y no me cabe la menor duda que tú, niña del futuro, lo vas a hacer mucho mejor junto a los míos, que llegar han de llegar. Pero tu llegada es una alegría magnificada porque muchos de nosotros ya nos vamos haciendo mayores y los niños, con vuestra inmensa inocencia, nos debéis de contagiar algo de esa puerilidad sana y necesaria para seguir el camino de la vida.
Lo dicho Lucía, bienvenida.

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